Hay quienes piensan que el mejor modo de trabajar por la justicia social es procurar la igualdad de posiciones, esto es, redistribuir la riqueza y asegurar a todos un piso aceptable de condiciones de vida y de acceso a la educación, los servicios y la seguridad. Y hay quienes piensan que lo importante es garantizar la igualdad de oportunidades, de manera que cada uno coseche logros de acuerdo con sus méritos, en el marco de una competencia equitativa. O se apuesta a un sistema solidario, en el qe es central el papel del Estado, o se apuesta al libre juego de la iniciativa privada.

Nadie podría estar en contra de estos modelos, ya que una sociedad democrática debería combinar la igualdad fundamental de todos sus miembros y las “justas inequidades” que surgen del esfuerzo y el talento personales. Sin embargo, los responsables de la acción política deben dar prioridad a uno u otro. De entrada, François Dubet alerta contra la trampa de la igualdad de oportunidades, que es hoy el discurso hegemónico. Aún cuando responda al deseo de movilidad de las personas, profindiza las desigualdades y puede conducir a la lucha de todos contra todos (…)

Repensar la Justicia Social - Contra el mito de la igualdad de oportunidades

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Hay quienes piensan que el mejor modo de trabajar por la justicia social es procurar la igualdad de posiciones, esto es, redistribuir la riqueza y asegurar a todos un piso aceptable de condiciones de vida y de acceso a la educación, los servicios y la seguridad. Y hay quienes piensan que lo importante es garantizar la igualdad de oportunidades, de manera que cada uno coseche logros de acuerdo con sus méritos, en el marco de una competencia equitativa. O se apuesta a un sistema solidario, en el qe es central el papel del Estado, o se apuesta al libre juego de la iniciativa privada.

Nadie podría estar en contra de estos modelos, ya que una sociedad democrática debería combinar la igualdad fundamental de todos sus miembros y las “justas inequidades” que surgen del esfuerzo y el talento personales. Sin embargo, los responsables de la acción política deben dar prioridad a uno u otro. De entrada, François Dubet alerta contra la trampa de la igualdad de oportunidades, que es hoy el discurso hegemónico. Aún cuando responda al deseo de movilidad de las personas, profindiza las desigualdades y puede conducir a la lucha de todos contra todos (…)