Una lengua mágica que nos une a los seres humanos con la naturaleza en algún bosque de nuestro inmenso sur. Una especialista en Lenguas Perdidas, Naia Lipis; dos adolescentes, Cielo y Enzo, y algunas personas inescrupulosas nos permitirán vivir una historia apasionante y, también, pensar en la importancia de las lenguas, las vivas y las que están en extinción o aquellas que se han perdido. Una novela para disfrutar desde la primera hasta la última página.
Autora: Veronica Sukaczer
Ilustrador: Joaquin Silva
Colección: Refugio de Palabras

......

CAPÍTULO UNO

Siete de cada diez personas a quienes cuento a qué me dedico me sacan la lengua.
No sé qué extraño sentido del humor se esconde detrás de esta acción. Pero sucede. Diez de diez, si son niños. Así que lo digo ahora, rápido, ustedes sacan la lengua y todos continuamos nuestras vidas, felices.
   Soy especialista en lenguas perdidas.
   ¿Listo? Sigo con mi historia, entonces.

 

Un par de veces al año me toca dar charlas en escuelas. Algo similar a un sacrificio humano, en el que la víctima soy yo. Para los alumnos, en cambio, es un enorme aburrimiento. Ninguno sale ganando.

La oficina de las lenguas perdidas

$10.500
¡No te lo pierdas, es el último!
La oficina de las lenguas perdidas $10.500
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Una lengua mágica que nos une a los seres humanos con la naturaleza en algún bosque de nuestro inmenso sur. Una especialista en Lenguas Perdidas, Naia Lipis; dos adolescentes, Cielo y Enzo, y algunas personas inescrupulosas nos permitirán vivir una historia apasionante y, también, pensar en la importancia de las lenguas, las vivas y las que están en extinción o aquellas que se han perdido. Una novela para disfrutar desde la primera hasta la última página.
Autora: Veronica Sukaczer
Ilustrador: Joaquin Silva
Colección: Refugio de Palabras

......

CAPÍTULO UNO

Siete de cada diez personas a quienes cuento a qué me dedico me sacan la lengua.
No sé qué extraño sentido del humor se esconde detrás de esta acción. Pero sucede. Diez de diez, si son niños. Así que lo digo ahora, rápido, ustedes sacan la lengua y todos continuamos nuestras vidas, felices.
   Soy especialista en lenguas perdidas.
   ¿Listo? Sigo con mi historia, entonces.

 

Un par de veces al año me toca dar charlas en escuelas. Algo similar a un sacrificio humano, en el que la víctima soy yo. Para los alumnos, en cambio, es un enorme aburrimiento. Ninguno sale ganando.