"Las catacumbas del subte, un bosque allí donde termina la casa, el río que crece y que llama como un animal en celo, la voz de la abuela muerta que llega a través del tubo del teléfono vaya una a saber de dónde, o un mundo en ruinas, post apocalíptico, son algunos de los universos que proponen los relatos de La hora de las ratas, de Agustina Zabaljáuregui. El libro como una casa encantada con muchas puertas que siempre pero siempre se abren al abismo de lo extraño. Seres desencajados y solitarios que forman una hermandad zombie que el libro, la casa, cobija. Porque la literatura es un poco eso: una habitación desconocida a la que llegamos en medio de una tempestad. Y hay un fuego encendido."

Selva Almada