Polen en el aire, Edith Vera. Dama de secretos y pañuelos alrededor de quien se tejió una de nuestras últimas leyendas, por lo que le tocó vivir y por sus propias artes de brujería. Entre su tendencia al aislamiento y su necesidad de entrega, entre realidad y fantasía, creó un vasto territorio de subjetividad instalando la única verdad irrefutable: la verdad poética. En la mesa de su historia caben un libro que ríe –hecho con piedras, imposible de cerrar–, un auto dormido donde tres gallinas empollan huevos y metáforas; la casa en que nada se ha perdido nunca pero nada se encuentra, el barco hacia Helsinki donde Violeta Parra lee a su nieta poemas inéditos de Las dos naranjas; versos en boca de los títeres de Sara Bianchi y Mané Bernardo…
Pero todo eso es tinta de personaje. Importa su escritura, los surcos con densidad metafísica donde su capacidad de observación y valoración de lo pequeño, regalan un cosmos tantas veces imperceptible.
Fue en la calle donde Edith tejió encuentros y definió tareas. Repartió palabras desde el asombro, juguetonas, luminosas y sencillas, aun cuando brotaran del dolor. Domésticas, aunque arrearan al mundo.
Muchas páginas proponen una lectura compartida a la vez que íntima: niño y adulto creciendo juntos, restableciendo vínculos con la naturaleza. No es poco lo que nos ofrece este libro con su poesía, reunida hasta donde pudo abrazarse a los vientos que silban.
Mariano Medina
El silbido de vientos lejanos (poesía reunida) - Edith Vera
Polen en el aire, Edith Vera. Dama de secretos y pañuelos alrededor de quien se tejió una de nuestras últimas leyendas, por lo que le tocó vivir y por sus propias artes de brujería. Entre su tendencia al aislamiento y su necesidad de entrega, entre realidad y fantasía, creó un vasto territorio de subjetividad instalando la única verdad irrefutable: la verdad poética. En la mesa de su historia caben un libro que ríe –hecho con piedras, imposible de cerrar–, un auto dormido donde tres gallinas empollan huevos y metáforas; la casa en que nada se ha perdido nunca pero nada se encuentra, el barco hacia Helsinki donde Violeta Parra lee a su nieta poemas inéditos de Las dos naranjas; versos en boca de los títeres de Sara Bianchi y Mané Bernardo…
Pero todo eso es tinta de personaje. Importa su escritura, los surcos con densidad metafísica donde su capacidad de observación y valoración de lo pequeño, regalan un cosmos tantas veces imperceptible.
Fue en la calle donde Edith tejió encuentros y definió tareas. Repartió palabras desde el asombro, juguetonas, luminosas y sencillas, aun cuando brotaran del dolor. Domésticas, aunque arrearan al mundo.
Muchas páginas proponen una lectura compartida a la vez que íntima: niño y adulto creciendo juntos, restableciendo vínculos con la naturaleza. No es poco lo que nos ofrece este libro con su poesía, reunida hasta donde pudo abrazarse a los vientos que silban.
Mariano Medina
Productos relacionados
1 cuota de $28.600 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $28.600 |















1 cuota de $28.600 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $28.600 |












1 cuota de $28.600 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $28.600 |



3 cuotas de $10.284,56 | Total $30.853,68 | |
6 cuotas de $5.533,15 | Total $33.198,88 | |
9 cuotas de $3.967,46 | Total $35.707,10 | |
12 cuotas de $3.198,91 | Total $38.386,92 | |
18 cuotas de $3.756,13 | Total $67.610,40 |


1 cuota de $34.085,48 | Total $34.085,48 | |
6 cuotas de $6.493,15 | Total $38.958,92 | |
12 cuotas de $4.316,22 | Total $51.794,60 |


