Donde nace la noche nos transporta a la costa sur bonaerense, a la llanura pampeana, o a cualquier lugar bajo un hermoso cielo estrellado, abierto a la contemplación de la luna y las constelaciones.

Este primer poemario infantil de Laura Forchetti desprende lirismo y sensibilidad. Es un canto a la naturaleza, con Emily Dickinson como fuente de inspiración, por su talento para captar el alma de los seres vivos y de la materia inerte que nos rodea.

El ritmo de estas composiciones combina el verso libre y la asonancia, haciendo de la lectura una experiencia de sosiego y serenidad. Sus personajes dialogan entre sí y comparten sus pensamientos, que llegan al público en forma de intensas metáforas visuales, mientras la oscuridad va cediendo espacio a la luz de la mañana; una luz que viaja cíclicamente y nos permite percibir una visión global del mundo y del cosmos.

Las ilustraciones de María Elina destacan por su sencillez, con el lápiz como principal herramienta expresiva. Sutiles y delicadas en el uso del color, son imágenes de tono bucólico, que otorgan protagonismo al medio natural y completan la vivencia sensorial a la que invitan los poemas, en su tránsito de la noche al día, de las sombras a la claridad.

donde nace la noche

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Donde nace la noche nos transporta a la costa sur bonaerense, a la llanura pampeana, o a cualquier lugar bajo un hermoso cielo estrellado, abierto a la contemplación de la luna y las constelaciones.

Este primer poemario infantil de Laura Forchetti desprende lirismo y sensibilidad. Es un canto a la naturaleza, con Emily Dickinson como fuente de inspiración, por su talento para captar el alma de los seres vivos y de la materia inerte que nos rodea.

El ritmo de estas composiciones combina el verso libre y la asonancia, haciendo de la lectura una experiencia de sosiego y serenidad. Sus personajes dialogan entre sí y comparten sus pensamientos, que llegan al público en forma de intensas metáforas visuales, mientras la oscuridad va cediendo espacio a la luz de la mañana; una luz que viaja cíclicamente y nos permite percibir una visión global del mundo y del cosmos.

Las ilustraciones de María Elina destacan por su sencillez, con el lápiz como principal herramienta expresiva. Sutiles y delicadas en el uso del color, son imágenes de tono bucólico, que otorgan protagonismo al medio natural y completan la vivencia sensorial a la que invitan los poemas, en su tránsito de la noche al día, de las sombras a la claridad.