En estos tiempos mutantes de incontinencia de memes, de búsqueda de la sabiduría en Google, de filtros para fotos de perfil, de una aplicación para cada momento de la vida, de deconstrucciones y empoderamientos… ¿Dónde queda el espacio para reírnos de todo eso?

Alejandra Lunik parece que le encontró la vuelta: esta selección de sus mejores viñetas publicadas en La Nación nos revela un costado sincero y brutal de la realidad, ese que se oculta en los placeres culposos, en una mañana de resaca, en una noche de insomnio, helado y stalkeo.

Andá a lavar los platos

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En estos tiempos mutantes de incontinencia de memes, de búsqueda de la sabiduría en Google, de filtros para fotos de perfil, de una aplicación para cada momento de la vida, de deconstrucciones y empoderamientos… ¿Dónde queda el espacio para reírnos de todo eso?

Alejandra Lunik parece que le encontró la vuelta: esta selección de sus mejores viñetas publicadas en La Nación nos revela un costado sincero y brutal de la realidad, ese que se oculta en los placeres culposos, en una mañana de resaca, en una noche de insomnio, helado y stalkeo.